Nos falta un nuevo LEGO® Mindstorms

(y no es un problema de tecnología, sino de visión)

Durante décadas, LEGO® ha sido una de las mejores escuelas informales de pensamiento que han existido. Sin exámenes. Sin certificados. Sin planes de estudio.

Muchos arquitectos, ingenieros, diseñadores e incluso emprendedores aprendieron sin saberlo conceptos fundamentales de estructura, equilibrio, sistema y repetición simplemente jugando con piezas. Antes de hablar de software, LEGO ya enseñaba algo mucho más importante: a pensar en tres dimensiones.

Y cuando apareció LEGO Mindstorms, ese aprendizaje dio un salto cualitativo: además de construir, los chavales aprendieron a razonar en lógica, en causa–efecto, en errores y correcciones. Para muchos, fue también el primer contacto real con la programación.

Yo descubrí Mindstorms por primera vez en un Fnac. Entre las estanterías, el set que me atrapó fue el LEGO Mindstorms: Star Wars Droid Developer Kit (9748). Pensé que ya no era un niño y no lo debía comprar…

Poco tiempo después, como regalo de mi 40 aniversario, me regalaron el LEGO 8547 Mindstorms NXT 2 . Fue el inicio de mi nueva etapa con LEGO…que acabó 5 años después en la creación de «elcatalejo».

Durante años, este Mindstorms y sus dos sucesores ( LEGO Mindstorms EV3 31313 y LEGO 51515 MINDSTORMS Robot Inventor) fueron :

  • Sets que no te guiaban paso a paso hacia un resultado bonito, sino que te dejaba solo frente a un problema.
  • Mindstorms no era un producto de masas. Y esa era precisamente su virtud.
  • No te decía qué construir
  • No buscaba un resultado estético inmediato
  • Premiaba la curiosidad y la iteración

Aprendías que:

  • un sensor mal colocado rompe todo el sistema
  • una condición mal pensada bloquea el comportamiento
  • una buena idea necesita pruebas, no intuición.

Mindstorms no enseñaba a programar. Enseñaba a pensar como ingeniero, a buscarse la vida para encontrar una solución a un problema desconocido. Ademas con competiciones por toda España y el mundo fomentaban al trabajo en equipo. Por algún motivo estratégico que desconocemos, tal vez el ladrillo inteligente era muy cara, al fomentar la creatividad e imaginación no fomentaba más ventas de otros LEGO® o por que quiso apostar por la línea educativa para centros escolares, en el 2024, dejó de comercializar la línea Mindstorms y la comercializó únicamente en la línea Education.

El giro hacia LEGO Education parece, en parte, lógico. Tenía sentido llevar esta filosofía a las aulas, estructurarla, hacerla accesible.
Y se consiguió mucho:

  • introducción temprana a STEM
  • materiales claros
  • programación visual accesible

Pero en ese proceso también ocurrió algo inevitable: se cambió la exploración por el ejercicio. LEGO Education enseña bien contenidos.
Pero despierta menos pensamiento profundo. El error no fue tecnológico. Fue estratégico.

Durante años los educadores han debatido sobre si los niños debían aprender:

  • Scratch
  • Python
  • JavaScript
  • bloques o texto

Pero la realidad es que el mundo ya ha dado otro salto. Hoy, muchas de las personas más productivas del planeta no programan.
Dialogan con sistemas inteligentes. Formulan problemas. Ajustan peticiones. Interpretan resultados imperfectos. Iteran.

Y ahí es donde LEGO, de momento, se ha quedado a medio camino.

En su momento, Microsoft entendió algo clave cuando compró Minecraft: No estaba adquiriendo un juego, sino una forma de pensar en sistemas.

LEGO tenía algo muy parecido con Mindstorms… pero no lo ha llevado al siguiente nivel.

El Mindstorms que aún no existe… queridos Reyes Magos de LEGO®…

Si hoy LEGO quisiera crear un verdadero heredero de Mindstorms, no debería empezar preguntándose qué lenguaje usar ni qué microcontrolador integrar. Debería hacerse una pregunta mucho más relevante: ¿Qué habilidades van a necesitar los niños dentro de 10 o 15 años? La respuesta ya no pasa solo por programar.

Si pensamos en un nuevo ladrillo inteligente, lo imagino como un cambio de paradigma:

Un ladrillo que no se programa con bloques ni con código, sino con intenciones.
Un ladrillo que se programa con prompts.

  • “Muévete despacio y evita obstáculos.”
  • “Sígueme si hay luz y detente si hay ruido.”
  • “Explora la habitación y vuelve al punto inicial.”

Detrás habría sensores, lógica y control.

Un ladrillo inteligente que se integre con los robots, el Technic, los trenes, y con la casa… Sería una mezcla de IA y IoT. Los que conocéis Tapo sabéis que permite integrar sensores y actuadores. Lo bonito sería que estos sensores externos se pudieran conectar con el ladrillo inteligente de LEGO. De un mundo cerrado, a un mundo abierto. Esto último los de LEGO® no son muy partidarios, pero deberían empezar a entenderlo.

Me imagino no uno, sino varios ladrillos inteligentes que interactúan entre si, sensores y activadores no solo de LEGO sino de la propia casa. Interacción entre LEGO y el entorno, programación descriptiva vía prompts… Ejemplos:

«Si alguien abre la puerta del comedor, enciende las luces del árbol y pon en marcha el tren».

«Si llaman al timbre, que la mano del robot salude por la ventana de la cocina».

«Si el tren llega a la estación que pare cinco minutos, se ponga en marcha el sonido de estación en el iPhone de Mamá y se enciendan las luces de la terraza».

Y ya para nota, si necesito hacer alguna pieza muy especifica para un robot, que la pueda diseñar y me la imprima en 3D el marketplace de LEGO® y si luego es útil que la pueda utilizar otra gente…

Pero el punto de partida ya no sería el cómo, sino el qué quiero conseguir. Exactamente como hoy interactuamos con la IA. Las verdaderas habilidades del futuro. El gran valor de un nuevo Mindstorms no estaría en la robótica. Estaría en las habilidades que entrena:

  • formular bien un problema
  • expresar una intención con claridad
  • entender sistemas no deterministas
  • aceptar resultados imperfectos
  • iterar sin frustración
  • trabajar en equipo
  • No formar programadores precoces.
  • Formar personas capaces de convivir con sistemas inteligentes.
  • Y hacerlo desde el juego, el error y lo tangible.

Ahí LEGO sigue teniendo una ventaja brutal. Pasado, presente… y esperanza

Durante décadas, LEGO enseñó a pensar sin decirlo.

  • Con piezas, con espacio, con estructura.
  • Con Mindstorms enseñó lógica y sistemas.
  • Con LEGO Education ha enseñado programación ordenada.

Todo eso ha sido necesario. Todo eso ha tenido sentido. Pero es el momento de dar el siguiente salto.
Va de aprender a formular buenas preguntas, a dialogar con máquinas, a no delegar el pensamiento.

No nos falte un nuevo set. Quizá nos falte un nuevo Mindstorms.

Uno que no enseñe a programar robots, sino a pensar en un mundo donde las máquinas ya piensan. Y si hay una marca capaz de hacerlo sin perder el juego por el camino, esa siempre ha sido LEGO®.

 

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